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De Kennedy a Maradona: Messi le ganó al destino en esa ciudad maldita que es Dallas

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07/08/2023 7:58

Clarín.com Deportes Actualizado al 07/08/2023 10:25

“Big happy things happen here” ,fue el lema de Dallas para impulsar el turismo en la ciudad, hace unos años. “Aquí suceden grandes cosas felices”, podría traducirse. No siempre ocurre, podría afirmarse. Dallas lleva el estigma del magnicidio de John Fitzgerald Kennedy. Y para los argentinos es el lugar endiablado donde la FIFA informó oficialmente del doping de Maradona en el Mundial de Estados Unidos 1994.

Entre el asesinato de Kennedy y la sanción a Diego pasaron 31 años. Entre aquel julio de 1994 y este setiembre transcurrieron 29 años y una semana. Ciclos parecidos. Allí en la ciudad maldita, Lionel Messi dio su nueva función. Como el vestido que Jackie manchó con la sangre de su esposo presidente, vestido de rosa, Messi hizo la magia que Maradona no pudo hacer ante Bulgaria en aquel Mundial.

Miles de celulares buscaron el domingo la foto del astro. Ninguna tendrá la importancia de la filmación de Abraham Zapruder, el ucraniano exiliado de la Unión Soviética que con su cámara de 8 mm quiso tener el souvenir del paso de Kennedy por la calle Elm y sin pretenderlo captó el asesinato y desacreditó la teoría del “único tirador” de la Comisión Warren. Lo cuenta bien Oliver Stone en su memorable película JFK.

El Cotton Bowl, que recibió 92.000 personas asistió al triunfo de Bulgaria sobre Argentina mientras que el fantasma de Maradona se intuía en aquella soleada tarde de verano texano. Otra tarde de sol y de verano pero en el modesto Toyota Stadium, se colmaron los 21.000 asientos porque otro número 10 jugaba en Dallas.

Un 10 del Siglo XXI, de WIFI e inteligencia artificial daba la función que Maradona no pudo ofrecer. El fenómeno es igual. Desde la “bala mágica” disparada por Lee Oswald, según la teoría Warren, a la presencia de la ausencia de Diego, pocas cosas ocurrieron en Dallas que convocaran al mundo.

Pero Messi lo hizo.

Para el puñado de gente que pagó la entrada a precio regular o fortunas en la reventa y para los miles que se abonaron a la aplicación de Apple que permitía ver la función por TV. Messi llama. Messi convoca. Luego juega. Y hace las cosas de Messi. Un gol en la segunda pelota que tocó. Inició la jugada del 3-2, provocó el 4-3 y clavó otro de tiro libre para cerrar la remontada épica en el 4-4. Y acertó su penal en la definición. Al final es cierto, en la ciudad maldita suceden cosas felices. A veces.

Messi cambia abrazo y camiseta con Velasco. Foto: AP

Messi cambia abrazo y camiseta con Velasco. Foto: AP

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