No es casual. Stefanos Tsitsipas, tan talentoso como inestable en el último año, volvió a lucir su mejor nivel durante esta semana. Fue en Montecarlo, donde llegó con la garantía de ser un doble campeón (en 2021 y 2022) y donde su juego fluye como en ningún otro lugar. El tenista griego que en febrero había salido del top 10 por primera vez en cinco años, se coronó sobre el polvo de ladrillo del Principado, ante un estadio poblado de rostros distinguidos y glamorosos. El día después de derrotar a un jugador casi imbatible (el italiano Jannik Sinner), Tsitsipas dominó al noruego Casper Ruud, lo superó por 6-1 y 6-4, en 1h36m, y sumó su undécimo título, el tercero de Masters 1000.
Después de ocho semanas de ausencia, Tsitsipas regresará al top 10 cuando este lunes se actualice el ranking (será 7°; su mejor posición fue 3°, en agosto de 2021). Además, frente a Ruud (el nórdico había vencido a Novak Djokovic, el número 1, en las semifinales), alcanzó su victoria número cien sobre polvo de ladrillo (treinta derrotas), la superficie en la que más daño genera la parábola de su tiro. En febrero, cuando el griego salió el top ten, el tour se quedó sin representantes con revés de una mano por primera vez en la historia, un hecho que amargó a la mayoría de los amantes del tenis de la vieja escuela; pero ahora el circuito tendrá a dos jugadores con el golpe más elegante del tenis en ese grupo de súper elite, ya que el jugador nacido en Atenas se sumará al búlgaro Grigor Dimitrov.
Ruud, tres veces finalista de Grand Slam (Roland Garros 2022/2023 y el US Open 2022), se plantó en el desafío frente a Tsitsipas con el respaldo emocional de tener el historial en su favor (2-1) y la confianza en la pimienta de su drive. Pero Tsitsipas lo vulneró en toda la geografía del court central Rainier III, a orillas del Mediterráneo, ante la mirada del príncipe Alberto II de Mónaco (también de figuras del deporte como Boris Becker, Francesco Totti, Charles Leclerc y Nicola Pietrangeli). En el primer set, además, lo desmoralizó quebrándole el saque tres veces. Ruud levantó el nivel en el segundo parcial y, en el agotador séptimo game (con el score 3-3; se jugaron 18 puntos), llegó a tener tres chances de quiebre, pero no pudo concretarlas. Esa defensa de Tsitsipas (se adelantó 4-3) terminó siendo un quiebre emocional definitivo entre los dos jugadores con mayor cantidad de victorias sobre tierra desde 2020. Enfocado, ágil, con piernas frescas, lucidez estratégica y un limpio impacto de revés (zona en la que sus rivales lo presionan), Tsitsipas coronó una semana ideal. Se dejó caer sobre la superficie naranja y no ocultó sus ojos humedecidos. No ganaba un título desde julio de 2023, en Los Cabos.
“Ha sido todo bastante difícil en el último tiempo. Y por eso se siente increíble. Hace mucho que no ganaba un torneo así. Deseé este triunfo y lo he conseguido. Además, antes del torneo, le prometí a mi gente que iba a dar todo esta semana y lo demostré. Es increíble. Pude expresar muchos tiros diferentes en mi juego”, celebró Tsitsipas, siempre acompañado por su padre y coach, Apostolos, y en este caso también por su mamá, Julia Salnikova, quien fue tenista profesional (130° de la WTA en 1992) y ganó un título juvenil en el Monte-Carlo Country Club en 1981, representando a la Unión Soviética.
Tsitsipas, que durante su camino al éxito había derrumbado en la segunda ronda al argentino Tomás Etcheverry (6-1 y 6-0), se unió a figuras de épocas románticas del tenis como el sueco Björn Borg, el austriaco Thomas Muster y el rumano Ilie Nastase como los jugadores con tres títulos en el Principado durante la Era Abierta (el español Rafael Nadal, con once trofeos, es totalmente inalcanzable, claro está). Ruud, asimismo, buscaba lograr el mejor trofeo de su carrera (los diez que posee son de categoría 250; nueve sobre polvo de ladrillo y uno sobre cemento, en San Diego). Avanzará cuatro posiciones, hasta el sexto escalón (su ranking más destacado fue 2°, en septiembre de 2022).
Triunfando en el Principado y exhibiendo su mejor versión, Tsitsipas (25 años, la misma edad de Ruud) presenta su favoritismo frente a lo que se aproxima en lo inmediato. Barcelona, los Masters 1000 de Madrid y Roma, y Roland Garros son las próximas estaciones del calendario. “Me satisface haber desplegado un tenis implacable de principio a fin del torneo. Esto me llena de energía para las próximas semanas”, advirtió el griego, con un lugar de privilegio en el Olimpo de Montecarlo.