sábado, 16 noviembre, 2024
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A los 99 años, murió Roy Haynes, el baterista que tocó con Miles Davis, Charlie Parker, John Coltrane y Dizzy Gillespie, entre muchos otros

A los 99 años murió Roy Haynes, el último baterista de la Era Bebop. Tocó con Charlie Parker, Thelonious Monk, Miles Davis, John Coltrane, Lester Young, Dizzy Gillespie, Bud Powell, Chick Corea, Gary Burton, Stan Getz y Sarah Vaughan, entre otros.

Roy Haynes falleció en su casa de Hollis, en Long Island, el 12 de noviembre de 2024. Con casi 80 años de trayectoria, fue un baterista notable, no sólo por su audaz técnica sino también por su enorme versatilidad.

Cruzó desde fines de la década del ’40 por los estilos que marcaron al jazz en cada época. Comenzó tocando Swing, fue uno de los primeros bateristas de Bebop junto con Kenny Clarke, Max Roach y Art Blakey; transitó por el Hard Bop, el jazz fusión y el jazz de vanguardia como del líder del trío con el pianista Danilo Pérez y el contrabajista John Patitucci.

Tuvo discos como Fountain of Youth (2004) y Whereas (2006) nominados a los Premios Grammy y fue incluido en el Salón de la Fama del Baterista Moderno en 1999.

Su legado como músico lo mantienen sus hijos Graham y Craig, cornetista y baterista, respectivamente y especialmente su nieto, Marcus Gilmore, baterista de la Jazz At Lincoln Center, de Wynton Marsalis.

Entre sus discos como líder, sin embargo, sobresale su tributo a Charlie Parker Birds Of A Feather (2001), con Roy Hargrove en trompeta, Kenny Garrett en saxo alto, David Kikoski en piano y Dave Holland en contrabajo. Un disco excelente sobre la música del genial Bird, en el que se percibe claramente, cómo Haynes lleva a este supergrupo a lograr un clima intenso, complejo y equilibrado.

Con el instrumento. Roy Haynes tocó muchos estilos, pero era considerado el último baterista de la era del Bebop. Foto: AP/Jim Cooper

Su huella en el cine

Además, y siendo un entendido en el tema, Roy Haynes dirigió la banda sonora de la película Bird, de Clint Eastwood. En el libro Black Music, de Amiri Baraka (Leroy Jones), Haynes cuenta cómo fue esa histórica grabación en vivo en Birdland: “Parker me llamó a último momento, tocaba cosas increíbles y yo todavía me pregunto cómo podía seguirlo. Bird podía hacer cualquier cosa”, recordó el baterista que debutó como líder con el disco We Three (1959), con Phineas Newborn Jr en piano y Paul Chambers en contrabajo y un material original muy interesante.

Haynes consideraba que haber tocado con Monk o Parker fue como haber ido a la escuela y fue de aquellos artistas que participaron de las históricas jams en Minton’s, en la famosa Calle 52, donde nació el Bebop de la mano de Parker, Gillespie y Monk.

Roy Haynes. Sus hijos y su nieto siguieron su huella en el jazz. Foto: AFP/Boris Horvat

“Los bateristas solían ponerse en fila para tener la oportunidad de tocar. Había mucha gente que quería sentarse y todos intentaban quedar bien todas las noches. Si estabas tocando en Nueva York no podías dejar de pasar por la Calle 52. Yo aprendí mucho esas noches”, cuenta en Black Music.

Haynes nació en Boston, el 13 de marzo de 1925. Comenzó a tocar profesionalmente en 1945; dos años después entró en el grupo del saxofonista Lester Young y después formó parte del quinteto de Parker, entre 1949 y 1952. Fue miembro del cuarteto de Thelonious Monk, con quien grabó por ejemplo, Misterioso, en vivo en el Five Spot.

Festejaba su cumpleaños tocando, generalmente, en el Blue Note, de Nueva York, y salvo para sus 95 años que debió suspender la celebración por el Covid 19, mantuvo esta iniciativa hasta el año pasado.

En Buenos Aires, se presentó en junio de 2001, en el Sheraton Hotel, en trío con Danilo Pérez y Patitucci donde propuso más que un sinfín de solos, la idea de una creación colectiva, verdadero pensamiento de vanguardia dentro del jazz y que tan bien lo desarrolló el saxofonista Wayne Shorter.

Roy Haynes, entre Danilo Pérez y John Patitucci, el trío con el que vino a Buenos Aires en 2001.

Haynes fue un músico que, más allá del estilo y el artista con quien trabajaba, exhibió ese principio rector de los grandes músicos, ser auténtico. Haynes tocaba la verdad.

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