La ola invernal que azota al país ha dejado como resultado a más de 40.000 personas afectadas en el departamento del Chocó en 25 de sus municipios. En departamentos como Bolívar, Atlántico o Sucre, también ha dejado graves afectaciones a viviendas, locales y diferentes espacios públicos que los gobiernos han ido rehabilitando con maquinaria amarilla en lugares donde las lluvias han diezmado.
El departamento de La Guajira también ha tenido serias consecuencias por inundaciones. La Gobernación entregó un balance de los daños causados en el norte del país por el paso de la tormenta tropical Rafael en la última semana. Según datos del Gobierno local, son alrededor de 200.000 personas las afectadas por estas condiciones meteorológicas.
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Maicao, Uribia y Riohacha son los tres municipios más afectados por esta situación, teniendo 118.000, 57.250 y 13.500 habitantes afectados, respectivamente. Personas que perdieron sus enseres o que fueron testigos de cómo el agua daño sus casas, como quedó registrado en imágenes compartidas por redes sociales.
Dada la situación, la gobernación declaró calamidad pública. Sin embargo, según datos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam por sus siglas), en las próximas horas podría generarse un nuevo ciclón en el mar caribe, todo por cuenta de una onda tropical que está tomando fuerza y que tiene entre 40% y 80% de probabilidades de convertirse en un ciclón.
Las consecuencias de dicho fenómeno natural serían más lluvias sobre el territorio nacional, dado que “su interacción con otros sistemas meteorológicos, propios de la época, genera probabilidad de ocurrencia de lluvias de variada intensidad”, se lee en el comunicado de la entidad. La Guajira, en este caso, tiene alerta de aviso.
Entre las pérdidas que hubo por las inundaciones se encuentra una pequeña escuela ubicada en la comunidad de Los Ciruelos, zona rural de Riohacha, en el noroccidente del departamento, de la que no queda más que escombro por el paso del agua. En esta parte costera eran atendidos alrededor de 40 niños Wayúu.
En entrevista con Blu Radio, Kendri Peñalver, etnoeducadora de los niños afectados, se refirió a las consecuencias que tuvieron por las inundaciones: “El salón se nos cayó por las fuertes lluvias y hemos quedado sin salón, sin estructura para brindar una educación adecuada”.
También comentó para los micrófonos de la emisora citada que “se está atendiendo a la población debajo de un árbol (…) y cuando comienza a llover, tenemos que correr a recoger los cuadernos y guardar todo porque no podemos dar clases así”.
Los niños reciben clases a la intemperie, y la docente dijo que necesitaban ayuda, puesto que no han sido censados por las autoridades y tampoco les han dado ningún tipo de asistencia. En la comunidad indígena afectada, el acceso por vía es complejo. La docente así lo hizo saber al medio mencionado, asegurando que en las últimas horas un niño de un año con problemas de desnutrición fue evacuado a pie por más de dos horas para poder ser atendido en un centro asistencial en la capital del departamento.
Por su parte, las autoridades wayuu han reportado pérdidas de animales y cultivos de maíz, plátano y yuca.
La situación en muchos espacios de enseñanza en La Alta Guajira es precaria. En años anteriores, se ha denunciado que por daños en las estructuras de muchos salones, los profesores y etnoeducadores han preferido salir de las aulas para impartir sus clases con el fin de evitar tragedias. Estos espacios ahora se encuentran en estado crítico o destruidos por la crisis climática que azota al país.