No cabe duda que la inteligencia y habilidad para los negocios que tiene Elon Musk lo catapultaron a ser el hombre más rico del mundo. Sin embargo, no es menos cierto que los contratos y programas gubernamentales tuvieron fuertes implicaciones en sus dos negocios principales: los vehículos eléctricos y los viajes espaciales, y le ayudaron a acrecentar su riqueza.
¿Qué porcentaje de su patrimonio neto provino de la ayuda gubernamental? Si bien no es una pregunta fácil de responder, existen algunos indicadores que permiten tener una mejor idea al respecto.
Desde la elección de Trump, el patrimonio neto de Musk aumentó US$ 64.000 millones, o casi un 25%, según la estimación de Bloomberg. Esto se basa en parte en la suposición de que el crecimiento futuro será más fácil si el empresario ofrece asesoramiento sobre temas como la inteligencia artificial, los vehículos autónomos y la financiación para agencias que han causado problemas regulatorios a sus empresas.
Elon Musk se encamina a ser el primer billonario del mundo, ¿cuándo alcanzaría este hito?
Tesla y la ayuda gubernamental temprana
Tesla recibió contratos gubernamentales relativamente modestos en el pasado, pero recibió mucha ayuda para empezar, ayuda que fue fundamental.
En enero de 2010, Tesla estaba empezando y había vendido menos de 2.000 vehículos en toda su historia. Entonces, la empresa recibió un préstamo a bajo interés de US$ 465 millones del Departamento de Energía, meses antes de su oferta pública inicial. Con el préstamo, desarrolló su auto Model S, su primer gran éxito, y devolvió el préstamo anticipadamente con los ingresos de una venta adicional de acciones en 2013.
Cuando la compañía empezó a vender automóviles, consiguió un crédito fiscal de US$ 7.500 para compradores de vehículos eléctricos. Esto le permitió a la empresa y a otros fabricantes de automóviles vender vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos a un precio más alto del que el mercado habría permitido de otra manera.
Por otro lado, los compradores de Tesla recibieron créditos fiscales federales por un valor estimado de US$ 3.400 millones. Eso le permitió al fabricante de autos eléctricos aumentar los precios a la mitad de esa cantidad, lo que representa otros US$ 1.700 millones en ayuda federal cuando la compañía enfrentaba una crisis de efectivo.
En 2023, este crédito fiscal se restableció durante la gestión de Biden. Contrariamente a lo que se podría pensar, Musk se mostró en desacuerdo y alentó a la administración entrante de Trump a poner fin al crédito fiscal de US$ 7.500. Desde la CNN señalaron que con esta medida, el empresario sudafricano le da un golpe a los fabricantes de automóviles establecidos que buscan obtener una participación en el mercado estadounidense de vehículos eléctricos. Esos fabricantes de automóviles tradicionales tendrían que aceptar mayores pérdidas en sus ventas de vehículos eléctricos o reducir sus ofertas, lo que reduciría la competencia para Tesla.
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Pero el apoyo financiero más importante de Tesla no proviene de los créditos fiscales para los compradores de vehículos eléctricos, sino de la venta de créditos regulatorios que otros fabricantes de automóviles compran para cumplir con las regulaciones estatales y federales destinadas a reducir los gases de efecto invernadero. El dinero no proviene de los contribuyentes, pero sin la regulación gubernamental, no habría miles de millones fluyendo a las arcas de Tesla.
Esas ventas a crédito literalmente mantuvieron encendidas las luces de la compañía y representaron casi el 25% de sus ingresos en 2008 y el 10% de sus ingresos durante los siguientes cinco años.
Entre 2008 y 2019, las ventas de créditos regulatorios generaron más de US$ 2.000 millones para la empresa. Tesla podría haber muerto sin esos fondos. El propio Musk incluso lo admitió.
En una publicación de Twitter –ahora X – de 2020, el hombre más rico del mundo admitió que Tesla casi se vio obligada a declararse en quiebra en 2019. El precio de las acciones se había tambaleado porque la compañía tenía dificultades para aumentar la producción de su sedán Model 3.
“Lo más cerca que estuvimos (de la bancarrota) fue hace alrededor de un mes”, dijo en el posteo. “La rampa de lanzamiento del Model 3 fue de mucho estrés y dolor durante mucho tiempo, desde mediados de 2017 hasta mediados de 2019. Un infierno de producción y logística”. Incluso cuando la amenaza de quiebra disminuyó, no fue hasta 2021 que la empresa pudo obtener ganancias sin la ayuda de las ventas a crédito.
En la historia de Tesla, las ventas de créditos regulatorios generaron casi US$ 11.000 millones, y todo ese dinero repercutió prácticamente de manera directa en sus resultados finales. “Si no tuviera créditos regulatorios, Tesla no sería la marca que es en todo el mundo y Musk no sería la persona más rica del mundo”, dijo Daniel Ives, analista tecnológico de Wedbush Securities.
La pregunta favorita de Elon Musk para quienes solicitan trabajar en SpaceX, ¿sos capaz de responderla?
El valor de SpaceX depende de la NASA
Según USASpending.gov, la base de datos del gobierno que registra el gasto federal, SpaceX firmó contratos por un valor de casi US$ 20.000 millones. El más importante se produjo justo antes de Navidad en 2008, cuando SpaceX y Musk prácticamente no tenían dinero.
Ese contrato valía US$ 1.600 millones e implicaba realizar 12 misiones de suministro a la Estación Espacial Internacional (EEI). El acuerdo le permitió a SpaceX completar el cohete Falcon 9, su principal caballo de batalla, y la cápsula Dragon, dijo Casey Dreier, asesor principal de política espacial de la Planetary Society, un grupo de interés público que defiende los vuelos espaciales.
“Estaban al borde de la insolvencia”, dijo Dreier. “Elon ha señalado que en ese momento estaban al borde, y eso ayudó a salvar a la empresa”. En esa línea, Dreier también recalcó que gracias al acuerdo de la EEI y otros contratos, la NASA pudo transportar astronautas estadounidenses sin depender de Rusia.
Desde entonces, SpaceX obtuvo numerosos contratos adicionales de la NASA, el ejército y otras agencias del gobierno estadounidense. Ganó un contrato de US$ 3.000 millones para desarrollar el próximo vehículo que llevará astronautas a la Luna. Y Dreier dijo que la empresa y otros contratistas de la NASA se benefician del acceso a los empleados y la experiencia de la agencia.
Ives dijo que si la administración de Trump aumenta la financiación para los esfuerzos de la NASA para regresar a la Luna y viajar a Marte, el valor de SpaceX podría aumentar fácilmente a US$ 500.000 millones o más.
RM
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