La salida de Ignacio Yacobucci de la Unidad de Información Financiera (UIF) expuso las tensiones políticas internas del gobierno de Javier Milei. En su reemplazo, el oficialismo designó al fiscal federal Paulo “Paul” Starc, exmarido de María Eugenia Talerico, quien fuera segunda del organismo durante el gobierno de Mauricio Macri.
En un posteo en su cuenta de la red social X (ex Twitter), Talerico expresó su malestar por la destitución de Ignacio Yacobucci, a quien calificó como “un funcionario ejemplar al que intentan embarrar para hacer cambios que habiliten la total injerencia política en la UIF”.
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El cambio llevó el sello de Santiago Caputo, asesor presidencial que también había “recomendado” a Yacobucci en su momento y figura clave en esta nueva jugada.
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Talerico también calificó el reemplazo como una maniobra preocupante. “Es un problema el apetito del Gobierno por tener injerencias indebidas en este tipo de organismos. Observo con mucha preocupación la designación de un vicepresidente sin aptitudes y por ser amigo de Santiago Caputo”, declaró en un mensaje enviado a los medios. Sin embargo, no tardó en abordar el aspecto personal del cambio.
María Eugenia Talerico sobre la designación de Paulo «Paul» Starc al frente de la UIF
“Con relación a la designación del fiscal federal Paulo Starc, con quien tengo dos hijas y de quien me separé hace 11 años, sólo diré que seguiré muy atenta al funcionamiento institucional de organismos claves en materia de investigación e inteligencia, por las denuncias de injerencias políticas indebidas que vengo denunciando”, afirmó Talerico.
La dirigente también lamentó la salida de Yacobucci, a quien el gobierno acusó de realizar gastos excesivos en viajes al exterior. Según ella, se trataba de “una persona capaz, honesta y que ha sido muy diligente con su trabajo”.
Además, advirtió sobre las posibles designaciones futuras en el organismo: “Ahora esperemos que no se nomine a un Presidente que haya sido funcionario K o que haya apoyado a Lijo, porque cantamos BINGO”.
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El conflicto entre Talerico y Caputo venía escalando desde hacía días. La relación se tensó aún más cuando el Gobierno dejó trascender una lista reservada de la ex AFIP que, según interpretaciones, habría protegido a empresarios vinculados al kirchnerismo, como Lázaro Báez y Cristóbal López, durante la gestión de Cambiemos. Talerico quedó en el centro de las críticas.
Mientras el enfrentamiento tomaba forma, un mensaje en la cuenta de X “MileiEmperador”, atribuida a Caputo, anticipó el 10 de enero lo que vendría. “Lo que me voy a reír de Talerico la semana que viene”, decía el posteo publicado días antes de que se conociera la designación de Starc.
Talerico, quien había sido considerada para liderar la Dirección de Migraciones, pero habría sido vetada por Caputo, interpretó el movimiento como una señal de revancha. “Lo que lamento es la interferencia personal en decisiones que deberían ser estrictamente institucionales”, comentó en privado a sus allegados.
En los círculos de la oposición, especialmente entre las alas más combativas del PRO frente a La Libertad Avanza, se instala con fuerza la idea de que el intento de desplazar a Yacobucci encarnaría el supuesto pacto de impunidad entre Javier Milei y Cristina Kirchner. Un acuerdo que, según estos sectores, buscaría garantizar los votos necesarios en el Senado para consagrar a Ariel Lijo como flamante miembro de la Corte Suprema.
El tablero de la UIF dejó en evidencia algo más profundo: la administración Milei no solo enfrenta desafíos en el frente económico, sino también en el interno, donde las disputas personales y las lealtades cruzadas parecen definir su agenda.
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