jueves, 30 enero, 2025
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Nueva saga de la Guerra del Cuero

Tras conocerse la medida oficial sobre la eliminación de las retenciones a la exportación del cuero bovino, dos sectores relacionados a esa industria hicieron declaraciones ruidosas y diferentes entre sí: mientras los frigoríficos festejaron la decisión del Gobierno nacional, los curtidores la cuestionaron. La regulación existía desde hace más de medio siglo.

El trasfondo de la discusión, que creó un nuevo episodio entre empresarios de la carne y manufactureros del cuero, es la puja por dinero y puestos de trabajo. Mientras los primeros pueden, a partir de la nueva resolución, empezar a enviar el cuero crudo salado al exterior sin ningún tipo de valor agregado, los segundos transforman la materia prima en un producto terminado que involucra gran cantidad de mano de obra. La cadena de valor incluye manufacturas de calzado, marroquinería, talabartería, tapicería, decoración, entre otros rubros.

«Esta es una vieja discusión que involucra por un lado a quienes desde hace años le aportan valor al cuero, un subproducto residual de la faena bovina, transformándolo en un producto industrializado o en manufacturas de alta calidad con reconocimiento internacional, y por otro a quienes solo pretenden maximizar sus ganancias vendiendo un commodity a costa de una cadena industrial que genera miles de puestos de trabajo», advirtieron en un comunicado conjunto la Asociación de Curtidores de la Provincia de Buenos Aires (Acuba), la Cámara Argentina de Industriales Proveedores de la Industria del Calzado (Caipic), la Cámara de la Industria Curtidora Argentina (CICA), la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines de la República Argentina (CIMA) y la Federación Argentina de la Industria de Calzado y Afines (Faica).

En la misma tónica, las entidades se mostraron dispuestas a abordar el problema en una mesa común que genere consenso para «arribar a una solución que beneficie a todos los argentinos» y desmitificaron los últimos datos que circularon sobre estructura de negocios del rubro que integran. En primer lugar, manifestaron que es falsa la idea de una concentración monopólica del mercado de cueros por parte de las curtiembres locales, ya que «el 50 por ciento de los cueros los exporta el sector frigorífico en salado».

Además, remarcaron como falacia que el precio del cuero tenga relación con el de los cárnicos, porque solo representa entre 0,8 por ciento y 1,5 por ciento del animal en pie. En tanto que, sobre el condicionamiento que las retenciones generaban en el valor de los cueros crudos para el mercado local, afirmaron que el precio a nivel local es superior al que «libremente exportan los frigoríficos».

Disputa por el cuero

En las redes sociales, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, aseguró que la iniciativa estimulará otro de los mercados argentinos de “exportaciones premium” en el marco del paquete de «alivio» destinado al agro y que, según el Ejecutivo, potenciará la competitividad de las economías regionales y abaratará el producto. Detrás del funcionario, la sorpresa fue cuando el dirigente de la carne y referente del peronismo, Alberto Samid, lo celebró con determinación en su cuenta de X: «Con esta decisión de @fedesturze de sacarle las retenciones al cuero se termina el monopolio de Galperín. Y lo mejor de esto es que la carne va a pasar a valer un 5% menos para la gente».

Respecto de la disminución del precio de los cortes en los mostradores de las carnicerías y supermercados, industriales del cuero recordaron que en 2024 con el sistema anterior que incluía la exportación del 50 por ciento de los cueros en estado salado, la carne bajó cerca del 40 por ciento para el consumo masivo. «Esto demuestra la independencia del valor en el mercado interno con el régimen de exportación», resaltaron. El valor del cuero tiene como referencia el precio en el mercado de Chicago.

La relación tirante entre los dos espacios vinculados al cuero lleva más de 50 años. Desde entonces, los frigoríficos pujan por enviarlo al exterior sin otro proceso más que el del salado. En distintos momentos supieron calificar como extorsivos a empresarios y sindicatos de las curtiembres y para mostrar su rechazo antes que entregar el cuero lo enterraban en sus propios campos.

En la vereda de enfrente, asociaciones, cámaras y federaciones de curtidores retrucan ese razonamiento. «Lo que es bueno para ellos, también debería serlo para nosotros. En las explicaciones sobre las razones repitieron argumentos mendaces esgrimidos reiteradamente por los frigoríficos, como tener que enterrar cueros, cuando la realidad no fue más que la foto de una circunstancia que duró 15 días, donde por efecto del ASPO los frigoríficos siguieron trabajando por ser esenciales mientras las curtiembres permanecían cerradas sin poder recibir los cueros ni procesarlos», detallaron.

En ese sentido, también advirtieron que para el fortalecimiento de las cadenas de valor se requieren otras políticas, como reintegros a las exportaciones, abastecimiento de la industria local, trazabilidad de acuerdo a exigencias internacionales y evitar el uso de productos sustitutos que se ofrezcan engañosamente.

Y lamentaron: «nos resulta muy triste ver a nuestros competidores de otros países ofrecer productos manufacturados con cuero argentino, mientras nosotros perdemos mercados por condiciones que nos exceden.

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