Vélez y River empataban 1-1 cuando el arquero paraguayo sorprendió con un remate de larga distancia que venció a Germán Burgos.
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Chilavert sorprendió a todos con un zurdazo desde 60 metros que dejó sin reacción a Burgos.
El 22 de marzo de 1996 quedó marcado en la memoria del fútbol argentino con un gol inolvidable de José Luis Chilavert. Durante la tercera fecha del Torneo Clausura, en Liniers, el ex arquero paraguayo convirtió un tanto de tiro libre desde detrás de la mitad del campo. Ese día, en medio de un encuentro entre Vélez y River, el ícono del Fortín sorprendió a todos con una jugada de precisión milimétrica.
Mientras el partido estaba empatado, Chilavert salió de su arco para ejecutar un disparo que recorrió 60 metros. Este hecho no solo puso a Vélez en ventaja, sino que se convirtió en un hito del deporte mundial.
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El histórico gol de Chilavert a River fue un tiro libre desde 60 metros.
El gol de media cancha que quedó en la historia del fútbol argentino
Durante el segundo tiempo, Enzo Francescoli cometió una infracción a Raúl Cardozo en pleno campo de Vélez Sarfield, a 60 metros del arco rival. Christian Bassedas estaba a punto de ejecutar la falta cuando Chilavert apareció de la nada e impactó el balón con un potente zurdazo. El árbitro, Carlos Mastrángelo, tuvo que agacharse para no interferir en la trayectoria del disparo.
Germán Burgos, que defendía el arco para River, se vio superado en su intento por frenar la chance de gol y cayó en su propia área mientras la pelota entraba en el arco. La acción desató la euforia entre los fanáticos de Fortín, que se unieron en un abrazo colectivo ante lo que se convertiría en un gol histórico.
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Vélez y River igualaban 1-1 cuando Chilavert se ingenió un remate inesperado que cambió el resultado
La versión de Burgos y la curiosa teoría de Chilavert sobre el gol
En entrevistas posteriores, el exarquero Germán Burgos explicó que su error no se debió a un simple descuido. Según sus propias palabras, se retiró del área para comunicarse con un compañero, lo que le quitó atención en un momento decisivo de la jugada. El argentino afirmó que su posición se vio comprometida por una equivocación en la defensa.
Por su parte, Chilavert explicó que había visto que Burgos estaba distraído y decidió lanzar el potente tiro libre. El exarquero paraguayo agregó que «ese gol lo dio Dios, que es mi amigo«, insinuando que una fuerza superior pudo haber influido en la trayectoria del balón.
Ambas versiones se han convertido en parte del relato legendario de aquella noche. Mientras Burgos resaltó la importancia de la comunicación en el campo, Chilavert introdujo una faceta espiritual que añade mística al histórico disparo.