La escena gastronómica porteña vuelve a encender sus fuegos con una oleada de propuestas asiáticas que combinan tradición, fusión y creatividad en cada bocado. Desde el fine dining coreano y las parrillas de pinchos, hasta la pastelería japonesa y los izakayas con aire de taberna, los nuevos espacios exhiben una diversidad de sabores que sorprende a paladares curiosos y sibaritas en busca de experiencias diferentes. Con guiños a la cocina callejera de varias regiones de Asia y menús cuidadosamente elaborados, estos locales se alzan como protagonistas de una tendencia que gana cada vez más adeptos.
En este repaso, se suceden aperturas como Han en Villa Crespo, donde un menú de doce pasos revoluciona los clásicos coreanos, o Aki Amai, una cafetería al paso que rinde homenaje a la tradición dulcera nipona. También asoman alternativas para quienes buscan la esencia de la comida china, con cantinas que proponen comfort food bien auténtico, y otras que apuntan a la experiencia inmersiva, repleta de luces de neón y karaoke. Cada nuevo rincón invita a explorar un viaje sensorial, cargado de recetas familiares, fermentaciones insólitas y platos inesperados, despertando el apetito tanto de aficionados como de expertos.
“Tratamos de elevar la cocina coreana, y, aunque no son los platos tradicionales, usamos mucha fermentación, productos y técnicas de su cocina, así es que los sabores que conocemos están presentes en cada bocado”, explica el chef Pablo Park sobre este proyecto de este fine dining coreano, que “viene tomando forma desde enero 2020″. En diciembre 2024 abrió este elegante espacio, donde ofrece un menú de doce pasos. A un ritmo constante y sin pausas innecesaras, los comensales pasan las horas saboreando esta novedosa propuesta, la primera basada en los sabores coreanos. “Han es la unión, la memoria y la resiliencia de nuestra cocina, la unión de lo tradicional con lo moderno. Unión de sabores, de técnicas e historias. El menú se va dividiendo en capítulos y buscamos contar esa historia según la temporada”.
Park, uno de los pioneros de la cocina coreana en el país, con su local Kyopo en Floresta, apuesta por este nuevo lugar que levantó desde cero en Villa Crespo -y que seguramente se destacará cuando en unos días las estrellas Michelin comiencen a repartirse en la ceremonia en Mendoza-. La experiencia comienza con un Bloody Mary de kimchi, y sigue con snacks de alga y durazno o de molleja y pickle; souffle de huevo con crocante de piel de pollo, ostras con sabayón de apio o mandu de lengua, con caldo y huacatay. También propone “yukhoe” (tartar coreano) de lomo y maní, con emulsión de yema, picante (gochujang) y pickle de nabo.
Con un maridaje completo, que incluye soju de elaboración propia, el menú actual cuenta con bife con sal de kimchi, banchan (los acompañamientos coreanos, con fermentos, salsas y purés) y distintas texturas: de castaña, de remolacha y de Yakgwa (galleta tradicional coreana a base de jengibre y sésamo).
Ubicado en una esquina histórica de Palermo (Costa Rica y Carranza, ex Green Bamboo), el nuevo local de Yatai Yatoi es el paraíso de los generadores de contenido. Con una estética vibrantre (entre luces de neón y maquinitas como las que se encuentran en Asia) y una variada propuesta de street food asiático y cócteles se convierte en toda una “experiencia inmersiva”.
Su menú propone gyoza (“ravioles” de cerdo), pad thai, nem song (arrolladitos de papel de arroz vietnamitas) rellenos de langostinos y mango, trucha miso o baos. El postre infalible es el Kuro Roll, un roll de cacao con mousse de dulce de leche y un dip de salsa de dulce de leche que se come con palitos, como un sushi roll. Para ir en pareja o con amigos. Además, en estos días inaugura su sala privada de karaoke. Abierto todos los días de 12 a 24, en Costa Rica 5802.
Otra de las aperturas 2025, en
abrió Tony Wu, una cantina con cocina china. “La idea del nombre sale inspirado en muchos inmigrantes chinos que, cuando están en el exterior, suelen eligir un nombre. Buscamos uno que sea joven, y que sea un poco rebelde, por eso el ’Tony’. Y luego ‘Wu’, por ser uno de los apellidos más populares en China, esto es parte de la historia que queremos contar”, explican.
“La idea es poder fusionar, tener buena comida y bebida. No somos chinos, pero respetamos los platos tradicionales y así hacemos un poco de cada región, con barbacue que es más hongkonés, como el cerdo laqueado o el pato rostizado. No buscamos sorprender sino ofrecer comfort food chino, con platos que todos conocemos, pero bien hechos. Que el lugar sea accesible y esté a la vista de todos, que no necesites ir a un lugar de la comunidad para comer bien”.
Con opciones como turnip cake (pastel de nabo), baos, sopa de wanton, sopa agripicante, mapo tofu o panceta crocante. Para fanáticos del chau fan, del pescado al vapor, el cerdo laqueado y el pollo a la naranja. En Tony Wu las comidas en familia o con amigos son parte del espíritu del lugar. Así incluyeron la mesa “Lazy Susan” (con bandeja central giratoria), ideal para poder compatir platos. En Loyola 851, Villa Crespo, de martes a sábados desde las 19 a las 23 (con y sin reservas).
The Night Market reabrió sus puertas convertido en un izakaya, nombre que reciben las tabernas japonesas, espacio de encuentro para amigos y compañeros de trabajo en el after office. Al estilo tradicional, el menú suele contar con platitos cuyo fin es acompañar a las bebidas alcohólicas. En TNM ofrecen edamame (vainas de soja, que se comen cómo snacks) que combinan a la perfección con las cervezas; berenjenas asadas (“nasu”), dumplings (“gyoza”), calamar a las brasas (“ika”), además de distintos tipos de brochetas japonesas (conocidas como yakitori) en sus versiones de langostino (“ebi kushi”), pechuga de pollo (“mune”), alitas de pollo, o de calamar grillado.
Además, ofrecen ramen (tradicional y veggie) y fusionan clásicos japoneses como el tofu frío (“pitan hiyakayo”) con sabores taiwaneses, como el huevo de pato en conserva (ideal para paladares curiosos), chorizo taiwanés con cinco especias (“xiang chang”) y panceta cocida a fuego lento (“cerdo bossam”).
Para beber como en una verdadera cantina asiática, cervezas japonesas, chinas, así como distintas variedades de sake (Junmai Excellent, Sho Chiku Junmai o Yaegaki Junmai) en copa, o Hakutsuru Junmai Excellent o Hakutsuru Sayuri Nigori en botella. Para quienes buscan probar cosas nuevas, también ofrecen sake Hakutsuru Awayuki (sake espumoso), umeshu (licor japonés) o soju (el clásico licor coreano) tradicional o saborizado. También cuentan con carta con vinos, vinos por copa y opción de descorche.
Dedicado a la pastelería japonesa, se trata del primer local a la calle de Kayoko Arakaki y su emprendimiento Aki Amai. Elaboran productos propios, como el “dorayaki”, una especie de alfajor con textura de pancake que viene con distintos rellenos (el “anko”, pasta de poroto azuki, es el tradicional). También ofrecen “kasutera” (un bizcochuelo suave), cheesecake japonés y cookies. “La pastelería es 100% artesanal, por eso contamos con un stock limitado; sepan disculpar si algún dulce se agota”, aclaran. Se puede acompañar con café de especialidad.
Ubicada en la esquina de Estado de Israel y Pringles, Almagro, está pesanda como una cafeteria al paso, con una barra y algunas mesitas afuera. Estado de Israel 4292, de lunes a viernes de 9 a 18. Sábados de 10 a 18.
Durante años la cocinera Karina Gao ofreció sus recetas y sus platos al público a través de sus emprendimientos y redes sociales (@karinagao, @monpetitglouton y @academiakarinagao). Sin embargo, hacía tiempo que tenía ganas de tener su espacio propio. Es por eso que en abril espera la apertura de su restaurante, Gao.
“Un bistró de auténtica comida china, hecha con recuerdos de la infancia. No es asiática, no es coreana, no es japonesa: es china”, define Karina. “Para crear el menú, me inspiré en todos esos platos que fui probando y cocinando durante toda mi vida. En lo que comí en mi casa, con mi familia. En lo que le cocinaba a mis amigos cada vez que me pedían comida china. En las recetas que enseñaba en mis clases de cocina. En lo que le cocina al “Francho” -su marido- y a mis hijos”. En Cazadores y Sucre, Belgrano.
Ya no es necesario acercarse al Barrio Coreano para disfrutar los tradicionales pinchos. En Palermo, justo abajo de BBQ (el espacio de parrillada coreana), a principios de marzo abrió sus puertas Kushi, un espacio dedicado a pinchos asiáticos.
Con una modalidad similar a las de estas parrillas, las mesas están equipadas con todo para asar las brochettes y también para mantener calientes las sopas. Al apretar un botón, todo se cocina de forma automática. Hay pinchos de carne de cerdo, pollo, vegetales, tofu y mariscos, además de un banchan completo (guarniciones coreanas), en modalidad libre incluido en un fee base (sin bebidas).
Las carnes vienen marinadas y las preparaciones están a punto; también brindan asistencia ante cualquier duda. Para beber, comer y pasarla bien. En Guatemala 4450, PB. Con reservas, de lunes a sábados de 20 a 23.30. @kushi.arg
Con una impactante estructura de madera (que se asemeja a las de Japón),el 18 de marzo abrió sus puertas en Costanera Norte la nueva sede de Fabric Dragón Blanco, con capacidad para 180 comensales. En esta nueva versión la cadena de restaurantes asiáticos el sushi es gran protagonista. El inmenso salón cuenta con una barra, donde se puede ver a los itamae (sushiman) en acción mientras se disfruta del omakase, la modalidad donde las piezas se entregan a disponibilidad del chef.
La carta se centra en street food asiático, con platos como katsu sando (sándwich japonés de cerdo apanado en panko), bife furai, siu mai dumpling (wonton de cerdo y langostino) o “Korean Crispy Chikin” (pollo crocante con kimchi). También hay opciones más clásicas, como la Royal (hamburguesa con queso cheddar y mayonesa de trufas), pulpo al planchón, costillar de cerdo laqueado estilo chino (char siu) y lomo sellado con arroz blanco (gyudon).
El postre estrella es “Fiesta de toppings”, una cookie tibia con chips de chocolate, mantequilla de maní y sal marina, con helado y una variedad de agregados.
Abierto lunes, martes y miércoles desde las 19 al cierre. Jueves, viernes, sábados y domingos desde las 12 al cierre. Ubicado en Costananera Norte, Rafael Obligado 6750, Dragón Blanco cuenta con dos salones privados (uno para ocho y otro para veinte personas) y acceso directo a Caramelo, una disco ubicada en el segundo piso del complejo.
Manteniendo el estilo y los sabores de su primer local, en la calle Ecuador, Sergio Higashiyoshihama inauguró una nueva versión de Tori Tori en Mercat Villa Crespo. Pionero presentar los yakitori (tradicional brocheta japonesa) al público local, Tori Tori Mercat ofrece variedad: “teba” (brochette de alitas de pollo con sal y limón), “tsukune” (albóndigas de pollo y salsa tare), hay brochetas de de pollo y wasabi, de pollo con ume (albaricoque japonés), “shake” (trucha Patagónica y salsa tare), de lomo con verdeo o las veggie, “yasai” (con zucchini y choclo).
Además, “onigiri” (bolitas de arroz rellenas) y postres, helados soft (sabor matcha o chocolate) o su clásico flan de matcha, todo para comer al paso sobre banquetas en el pequeño salón o la barra. En Thames 747, 1° piso. De martes a domingos de 12 a 23. @toritori.mercat
Siguiendo las tendencias internacionales, donde son cada vez más comunes las tiendas especializadas en onigiri, Mitingu abrió el 18 de marzo. Los onigiri son bolitas de arroz con forma de triángulo, generalmente envueltas en alga nori, que evitan que se peguen los dedos al comer. Se rellenan con preparaciones como spicy mayo, tuna mayo, miso y berenjena o trucha, y se cubren con furikake (mezcla de bonito y alga deshidratada) que le aportan sabor y texura.
En Mitingu también ofrecen “sando” (el sándwich japonés), bebidas como matcha latte o iced hibiscus y cafetería de especialidad. Abren de lunes a viernes de 9 a 18 en Av. Lidoro J. Quinteros 1490 (casi Av. Monroe), Belgrano.
En Las Cañitas, abrió un espacio de sushi en una locación insospechada; un patio andaluz. “Es una casona que me cautivó desde el primer momento; aquí se ofrece sushi y cocina nikkei”, describe Agustina Cattan, su fundadora. “Quería hacer algo original, y este espacio me permitió combinar lo moderno y lo antiguo”, agrega. La carta cuenta con ceviches, tartar y sushi (”tradicional, no solemos preparar piezas con queso crema, porque opaca los sabores”), con variedad de rolls y de nigiri. Todos los días, de 12 a 16 y de 19 a 24, en Maure 2196. También hacen delivery. @aguskitchen.ba
Inspirado en la icónica película del director japonés Akira Kurosawa, Rashomon es una de las aperturas de finales de 2024. Ubicado en Recoleta, ofrece la modalidad omakase y se especializa en sushi y cocina japonesa tradicional. Para fanáticos de los nigiri y de clásicos como el chawanmushi (una suerte de soufflé salado). El lugar cuenta además con una barra de cócteles. Abre de lunes a sábados, de 12.30 a 16 y de 19.30 hasta la medianoche, en Adolfo Bioy Casares 2009.
Ubicado en el límite de Chacarita y Palermo, Yakinilo es otra de las aperturas asiáticas de 2024. Creación del chef José Delgado y de Andrés Guanipa, retoma la idea de los tradicionales bares kissa japoneses (bares con vinilos), bien íntimos y para comer en barra.
Con un menú centrado en yakitori (brochetas japonesas) y sushi, Yakinilo emula los originales de Tokio y, en su turno nocturno, también propone sopa de miso, ostras frescas de Bahía Blanca, karaage (pollo frito) y sushi en modalidad omakase (según disponibilidad del sushiman). Al mediodía incluyen donburi (bowl de arroz con toppings frescos) o sets como el gyukatsu (milanesa de ojo de bife con curry japonés, arroz, ensalada y sashimi del día). Ofrecen además sake importado, cócteles, vinos, cerveza y whisky japonés.
Para ir solos, en pareja o con amigos “a comer rico, escuchar buena música y pasar un rato relajado con una muy buena atención”, describe Delgado. En Av. Dorrego 1551, Chacarita. De martes a sábados de 12 a 15 (sin reservas) y de 19 al cierre (con y sin reservas). @yakinilo
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