De las dudas de las primeras fechas del campeonato a este presente que invita a soñar con dar pelea hasta el final de la temporada. Morón pasó de ser un equipo intrascendente a uno que sabe a lo que juega, que tiene una estructura bien definida y que cuenta con fundamentos futbolísticos para luchar por uno de los ascensos a la Liga Profesional.
La victoria en el Nuevo Francisco Urbano contra Chaco For Ever fue un reflejo de todo lo que quiere Walter Otta: compromiso, entrega, fútbol y reacción ante algún cachetazo inesperado. Porque el 2-1 dio mucha tela para cortar y, de esta manera, estiró su buen momento en el torneo y se arrimó a la cima de la Zona B de la Primera Nacional.
El Gallito logró romper el marcador con la presencia de Emilio Lazza en el área rival. La excursión del defensor central rindió sus frutos y fue uno de las claves del equipo. ¿La otra? Julio César Salvá. Sí, el arquero le hizo honor a su apellido y salvó al local en varias oportunidades para sostener la diferencia en el PT.
Ya en el complemento, Matías Romero, que la temporada pasada estuvo en Morón, cumplió con la ley del ex y halló la paridad para un Negro que llegada de cuatro partidos sin derrotas (3PG y 1PE) y sin recibir goles. Sin embargo, Yair González se convirtió en la gran figura de la tarde al darle la victoria al Gallito y lograr que se meta en la pelea de arriba en el grupo.
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