Es muy frecuente que las papas tengan la cáscara verde o algunas partes de su interior; por eso, muchos se preguntan si es peligroso consumirlas o no. Según el sitio especializado Healthline, el reverdecimiento es un proceso natural. Cuando se exponen a la luz, producen clorofila, el pigmento verde que da color a muchas plantas y algas. Esto provoca que las papas de piel clara cambien de amarillo o marrón claro a verde. La clorofila es totalmente inofensiva y está presente en muchos de los alimentos vegetales que consumimos a diario. Sin embargo, el enverdecimiento también puede indicar la producción de un compuesto vegetal tóxico llamado solanina.
La solanina es un compuesto químico que se encuentra de forma natural en algunas plantas de la familia Solanaceae, especialmente en las papas. Consumida en altas cantidades puede causar intoxicación. Los síntomas incluyen náuseas, vómitos, dolor de estómago, diarrea, mareos, dolor de cabeza y, en casos graves, puede llegar a causar alucinaciones.
Al respecto, Mariana Zapién, una ingeniera en alimentos que divulga contenido sobre seguridad alimentaria y nutrición en redes sociales, explica que las manchas verdes en las papas son ocasionadas por este compuesto y también por chaconina. “Estos compuestos no se eliminan a temperaturas de cocción, por ello deberías desechar la papa”, asegura.
Además, advierte que consumir papas verdes o con brotes puede provocar síntomas de intoxicación y recomienda desechar aquellas que presenten estas señales visibles de deterioro. Sin embargo, una alternativa es freírla, ya que, al llegar a esas tan altas temperaturas, no implicarán un riesgo.
¿Cómo detectar si una papa tiene altos niveles de solanina? Si las papas cocidas tienen un sabor amargo o causan ardor en la boca o la garganta puede indicar niveles altos de solanina, incluso si no se ve verde. Por eso, es importante revisar al comprar en la verdulería o en el supermercado el color de las mismas y evitar aquellas que tengan manchas verdes o brotes. De esta manera, se reduce el riesgo de intoxicación y se asegura un consumo más seguro.
1. No consumir papas verdes o con brotes. Antes de comprar o cocinar, inspeccionar cuidadosamente las papas. Evitar aquellas que tengan manchas verdes visibles o brotes, ya que estas son señales de una mayor concentración de solanina, producto de la exposición a la luz y al daño físico.
2. Almacenamiento adecuado. La exposición a la luz hace que las papas se pongan verdes y produzcan más solanina. Por eso, es fundamental guardarlas en un lugar oscuro, como una despensa, un armario o un cajón. La heladera no es un lugar adecuado porque las bajas temperaturas pueden aumentar los niveles de solanina y afectar su sabor y textura. Lo ideal es un sótano fresco o un lugar ventilado.
3. Pelar las papas antes de consumirlas. Gran parte de la solanina se concentra en la cáscara y justo debajo de ella. Por eso, pelar bien las papas, especialmente si presentan alguna mancha o verdor, reduce significativamente la cantidad de solanina que se ingiere.