La Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) alcanzó un acuerdo sin precedentes por 6,45 millones de dólares con tres estudiantes judíos que demandaron a la institución por su manejo del antisemitismo en el campus.
El caso se convierte en uno de los mayores arreglos privados relacionados con antisemitismo en universidades estadounidenses, y marca un giro crucial en la lucha contra el odio antijudío en entornos académicos.
El acuerdo, que incluye compensaciones financieras directas y donaciones institucionales, llega tras meses de protestas pro-palestinas en el campus.
Algunas de ellas derivaron en bloqueos físicos y exclusión abierta de estudiantes judíos, a menudo con la tolerancia —o incluso la colaboración— de la administración universitaria.
Según el acta oficial de la universidad, UCLA destinará 2,33 millones de dólares a ocho organizaciones que combaten el antisemitismo: Hillel at UCLA, Academic Engagement Network, Anti-Defamation League (ADL), la Federación Judía de Los Ángeles, Chabad de UCLA, The Film Collaborative, la Organización de Graduados Judíos y la Orthodox Union.
Además, la universidad donará otros 320.000 dólares a su propia “Iniciativa para Combatir el Antisemitismo”, lanzada en marzo pasado por el rector Gene Block, que busca implementar las recomendaciones de un grupo especial creado tras el estallido de tensiones antijudías en el campus.
Dan Gold, director ejecutivo de Hillel UCLA, celebró el acuerdo como “un paso importante y significativo para enfrentar los desafíos muy serios que los estudiantes judíos han enfrentado en UCLA”.
Sin embargo, advirtió que el trabajo está lejos de terminar. “Aún queda mucho por hacer para construir un campus más seguro, acogedor y libre de acoso e intimidación antisemita. Esperamos trabajar estrechamente con la universidad y todo el sistema UC para combatir el antisemitismo en cada rincón”.
El Becket Fund for Religious Liberty, organización que representó a los demandantes, subrayó que el fallo “reconoce apropiadamente que es discriminatorio y antisemita impedir a los judíos acceder a espacios públicos por sus creencias religiosas sobre Israel”.
La demanda, presentada el año pasado, denunció que UCLA permitió —e incluso defendió— acciones de activistas anti-Israel que impidieron físicamente el ingreso de estudiantes judíos al campus, mientras que la administración hacía la vista gorda o respondía con tibieza.
Uno de los demandantes, Yitzchok Frankel, fue contundente: “Cuando los antisemitas estaban aterrorizando a los judíos y excluyéndolos del campus, UCLA decidió proteger a los matones y mantener a los judíos fuera. Eso fue vergonzoso. Hoy, el fallo judicial devuelve la justicia a nuestro campus y garantiza que los judíos estarán seguros y serán tratados con igualdad”.
Por su parte, la presidenta y el presidente del directorio de la Federación Judía de Los Ángeles declararon que “la rendición de cuentas es el primer paso esencial. Este acuerdo afirma con claridad: el antisemitismo no tiene cabida en UCLA ni en ningún campus. Esperamos que, de ahora en adelante, los estudiantes judíos puedan alzar la voz, sentirse protegidos y exigir responsabilidad a nuestras instituciones educativas”.