El Gobierno arrancó la semana con una medida que tomó por sorpresa al mercado financiero. Anunció que el Tesoro se transformaría en una pata importante del mercado de cambios, con el objetivo de evitar sobresaltos en la cotización, en una primera etapa hasta las elecciones.
La gran duda que surge en medio de esta estrategia es cuál es el poder real que tiene el oficialismo para atacar cualquier intento de disparada. Las reservas del Banco Central vienen recorriendo un camino sinuoso y, solo por mostrar la evolución de los últimos días, pasaron de los US$ 40.961 millones el jueves de la semana pasada, a US$ 39.966 millones un día después, para volver a subir el lunes pasado hasta los US$ 40.030 millones y lograr otra suba el último martes, hasta los US$ 40.761 millones, y tocar los US$ 40.843 millones del miércoles.
Si bien el objetivo inicial es que el intento de calma cambiaria se mantenga hasta las elecciones, el Gobierno tampoco quiere que tras el paso por las urnas el mercado se desboque, por lo que la participación del Tesoro es un formato que llegó para quedarse, al menos mientras la situación lo requiera.
El punto a analizar, entonces, es cómo hará el Gobierno para sumar los dólares que le harán falta para tomar ese protagonismo, y las exportaciones resultan clave para ésto.
Según las estimaciones sectoriales, el total de las exportaciones argentinas sumará este año cerca de US$ 82.500 millones, una cifra que se ubicará apenas por encima de los US$ 79.721 millones que se alcanzaron en 2024, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
De ese total, hay seis sectores sobre los que el Gobierno tiene puestas todas las expectativas, ya que de ellos dependen nada menos que unos US$ 58.200 millones de los US$ 82.500 previstos.
El sector agroindustrial, sin dudas, es sobre el que hay mayores expectativas. Según cálculos del sector desde allí se podrían exportar este año US$ 31.300 millones, con una fuerte preponderancia de la soja.
De la mano de esto, también hay buenas expectativas en lo que tiene que ver con las Economías Regionales, donde entran productos como las frutas, el maní y el vino, entre otros. Todo indica que, de mantenerse todo dentro de los carriles actuales, se venderá al exterior por US$ 10.000 millones.
El segmento del Combustible y Energía es el que ocupa el segundo escalón. Con fuerte preponderancia de lo que tiene que ver con lo que puedan aportar el petróleo y el gas, las previsiones indican que las ventas al exterior podrían alcanzar este año los US$ 10.000 millones. Además, todo indica que, como extra, se redondearía un superávit comercial para el sector, de cerca de US$ 8.000 millones.
El Automotriz es el sector que ocupa el último lugar del podio. Los cálculos más positivos hablan de una producción que podría llegar este año a las 650.000 unidades, y casi la mitad de ese volumen –como indica el promedio anual- se enviaría a mercados externos. Así, el caudal de dólares que aportaría esta rama de la economía podría rozar los US$ 7.400 millones, siempre tomando en cuenta las mejores expectativas.
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El otro sector que el Gobierno sigue de cerca es Minería. Hay cálculos que explican que las exportaciones podrían llegar a los US$ 5.000 millones, lo que no solo es una muy buena marca, sino que además supondría un récord histórico para este segmento.
A la espera de más dólares por parte del Gobierno, los otros segmentos que aparecen en el grupo de los seis rubros con mayores expectativas aparecen Químicos y Plásticos, con US$ 3.000 millones, y Hierro y Acero, con US$ 1.500 millones.
Expectativas
En su último relevamiento, con datos a julio, la consultora Abeceb puso el ojo en algunas de las actividades que más cantidad de dólares podrían aportar este año.
“El sector sojero exhibió en julio un sensible superávit de US$ 1.817 M (contra los US$ 1.422 millones de igual mes de 2024) debido al incentivo a liquidar por el eventual fin de la mejora impositiva. Sumó exportaciones por US$ 2.069 millones (suba de 12,6% interanual), e importaciones por US$ 252 millones (baja de 39,4%)”, dice el trabajo.
En tanto, explica que el sector energético marcó un balance muy positivo, de USD 122 millones, contra US$ 28 millones en igual mes del año pasado, “en un contexto en que las exportaciones cayeron un 11,6% anual (a US$ 649 millones, debido principalmente a la baja de los precios del sector), mientras que las importaciones se contrajeron en un 25,4% interanual y totalizaron US$ 527 millones.