Josefina “Fynn” María Luján Ovalle, nacida en Comodoro Rivadavia en abril de 2005, recuerda sus primeros encuentros con la música con gran claridad. La joven, actualmente estudiante de pastelería y panadería, comenzó su camino en el mundo artístico a los seis años, cuando unas vecinas que eran monjas estaban buscando gente que se quisiera unir al coro de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza del barrio 30 de Octubre. “Como vivía enfrente fui con mi bombo legüero y enseguida empecé a formar parte del ministerio de música. A los meses descubrieron que cantaba y estuve en el coro hasta que cumplí 12; en los actos y misas de la escuela también me llamaban para cantar y tocar percusiones, mi profesora Leticia Olivan, del Colegio Santo Domingo Savio, fue la que me animó a cantar. A los 13 me sumé al coro de la Parroquia San Jorge, dónde me dieron el rol de salmista cuando cumplí 16 y ahí estuve hasta que cumplí 17”, cuenta Fynn, quien descubrió en aquel grupo no solo una comunidad, sino también el impulso para explorar sus talentos.
En paralelo a los 12 años, Josefina dio un paso más en su formación musical al inscribirse en una escuelita de música del Instituto Superior de Formación Docente Nº 806. “Empecé con un taller de batería con Alakrán Márquez, y a las pocas clases me invitó al ensamble musical”, relata a El Patagónico. Esta experiencia, donde conoció a músicos como Thiago Totaro, Maximiliano Lincopil y Giuli Quidel, la impulsó a aprender teoría y lenguaje musical, composición, y a perfeccionarse en la batería y el canto. Aquellas lecciones resultaron clave en su crecimiento artístico. “Aprendí a componer sola y en grupo, y también a encontrar mi propio estilo, algo que sigo explorando hasta hoy”, afirma.
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Su búsqueda por una voz propia ha llevado a Josefina a rodearse de artistas que la inspiran profundamente. Entre sus influencias, menciona a bandas como Mazzy Star y Cocteau Twins y a cantantes como Fiona Apple, Björk, y la chilena Javiera Mena, quienes han dejado huella en su estilo. «Me fascinan las poesías cantadas de Fiona Apple y la voz de Elizabeth Fraser, de Hope Sandoval también», dice. En el ámbito local destaca a su maestro Alakrán Márquez “en su etapa solista y también a Haien, en 2022 la escuché en vivo y me encantó, sus melodías son muy variadas, sus letras tienen mucho contenido y tiene una estética característica que me encanta”. Sin embargo, confiesa que no se siente encasillada en un solo género y prefiere definirse como una exploradora musical. “Me cuesta definir mi estilo. Me gusta experimentar con cada composición”.
Uno de los momentos más importantes de su carrera fue la creación de su primera canción. En 2021, Josefina le llevó una composición llamada “Celeste” a su maestro y colega Alakrán Márquez. Aunque aquella primera versión no llegó a ver la luz, la pieza evolucionó con el tiempo hasta transformarse en «Clavo de olor», su primera canción lanzada en junio de 2023. “Fue un proceso lento, repitiendo versos, agregándole más poesía. Al final, quedó como quería”, explica Josefina, quien valora cada parte de su proceso creativo.
En marzo de 2023, Fynn debutó en su primer concierto como solista, acompañando a Josefina Amado. Tocó tres temas en aquella presentación, apoyada en el escenario por dos amigos y compañeros músicos, Maxi Lincopil y Alakrán Márquez, quien ha sido una influencia constante en su vida. Este paso fue fundamental para afirmar su deseo de dedicarse profesionalmente a la música. “Desde chica me he expuesto a tocar en vivo. Siempre está la ansiedad presente, pero una vez en el escenario, desaparece”, comenta.
Comodoro Rivadavia, su ciudad natal, ha representado tanto un hogar como un reto en su carrera. «Ser artista en Comodoro no es fácil», dice. La falta de espacios y la limitada presencia de artistas mujeres han hecho que el camino no siempre sea sencillo. “Existe mucho la lucha por autenticidad, en Comodoro no hay muchas artistas mujeres; pero sin embargo cada una busca constantemente destacarse personalmente y eso lleva a que nos comparen o nos quieran rivalizar”. Pese a ello, Josefina cree en la importancia de mantenerse constante y fiel a su esencia. “El arte llega cuando tiene que llegar; no podés forzarte a componer ya que nunca sale nada auténtico de eso”.
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Foto: Thiago Nunes
A lo largo de estos años, Fynn ha explorado distintos géneros, desde el pop folk hasta el punk como baterista en bandas locales. Pero su trabajo como solista refleja una sensibilidad particular, orientada a temas románticos y personales. Inspirada en experiencias, sueños e historias inventadas, su obra revela un carácter íntimo y profundo, muchas veces dedicado a su novio. “Primero empiezan como versos de poesía sueltos, basados en mi experiencia personal, pero también en sueños y en historias que invento. Muchas de mis canciones van dedicadas a Mateo”, confiesa.
Hoy en día, Josefina continúa componiendo y explorando su sonido, con planes de lanzar un EP en el futuro cercano y de grabar su primer álbum en el largo plazo. Como referente de la nueva generación de músicos en Comodoro, su mensaje es claro: “Animarse a mostrar ya es un logro. No cerrarse a un solo género ni ponerse etiquetas. Esto es una búsqueda constante y también un aprendizaje”. Con metas que van desde tocar en el escenario del Vorterix hasta conectar con un público más amplio, Josefina “Fynn” María Luján Ovalle se prepara para que su voz y sus letras lleguen más lejos, siempre fiel a la esencia que la impulsa.