Casi dos años después de ser noticia por su salud, el ganador del Oscar y del Grammy Jamie Foxx reveló que sufrió un derrame cerebral debilitante que casi le quita la vida.
“No saben lo bien que se siente”, dice en el comienzo de su especial de Netflix, What Had Happened Was…, que se estrenó el martes. “No tienen idea, Atlanta. Todos ustedes salvaron mi vida, a solo 400 yardas de aquí, en el Hospital Piedmont. Me recompusieron”.
Lo que sigue es un recuento de los acontecimientos que llevaron a un diagnóstico desalentador.
Jamie Foxx contó cómo fueron los días en que estuvo al borde de la muerte
“El 11 de abril, tenía un fuerte dolor de cabeza y le pedí a mi hijo una aspirina”, recuerda Fox en clave humorística durante su especial. “Y me di cuenta rápidamente de que, cuando estás en una emergencia médica, tus hijos no saben qué carajo hacer… Antes de poder conseguir la aspirina”, chasquea los dedos, “salí. No recuerdo que pasaron 20 días. Lo que me dijeron fue que me llevaron al primer médico, y ese médico simplemente me dio una inyección de cortisona y me envió a casa. Ahora, no sé si puedes buscar médicos en Yelps, hombre, pero eso es media estrella, n—a”.
Su hermana, sin embargo, seguía convencida de que estaba sufriendo un grave problema médico: “Con una altura de un metro ochenta y cinco centímetros y llena de puro amor, me dijo: ‘A mi hermano le pasa algo’. Vino a verme y me dijeron que estaba aletargado. Me dijo: ‘Súbelo al coche. Ese que está ahí no es mi hermano’”.
Ella lo llevó al Hospital Piedmont, donde los médicos le dijeron que “estaba sufriendo una hemorragia cerebral que le había provocado un derrame cerebral”. Se sometió a un procedimiento que le salvó la vida y luego se despertó el 4 de mayo. Estaba confinado a una silla de ruedas y no tenía idea de por qué.
Lo que siguió fue el peor año de su vida. Su ego, dice, casi le costó la recuperación.
“Lo perdí todo”, dice Foxx, “y lo único que pude conservar fue mi sentido del humor”. Se dijo a sí mismo: “Si pudiera seguir siendo gracioso, podría seguir vivo”.
Cuando Foxx fue hospitalizado por primera vez en la primavera de 2023, su familia decidió no revelar la naturaleza de sus complicaciones de salud. Tres meses después, hizo su primera declaración oficial en Instagram que buscaba desmentir los rumores de que estaba paralizado o ciego.
“Pasé por el infierno y volví y mi camino hacia la recuperación también tuvo algunos baches”, dijo Foxx en ese momento. “Pero estoy regresando y puedo trabajar”. También explicó por qué los fanáticos no habían tenido noticias de él desde su hospitalización inicial y agregó: “Sé que mucha gente estaba esperando o queriendo escuchar actualizaciones, pero para ser honesto con ustedes, simplemente no quiero que me vean así… Quiero que me vean riendo, pasándola bien, de fiesta, contando un chiste, haciendo una película, un programa de televisión. No quería que me vieran con tubos saliendo de mí y tratando de averiguar si iba a superarlo”.