lunes, 23 diciembre, 2024
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El producto que más dólares genera en Argentina dejó de ser negocio en gran parte de la superficie agrícola

Las dos caras de la soja. Mientras las últimas lluvias despejaron el fantasma de «La Niña» y le dieron un impulso a la siembra en el último mes, el valor internacional siguió cayendo y complicó la rentabilidad de los productores argentinos, castigados por las retenciones y la suba de los costos de producción.

Según informó hoy la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la siembra de la oleaginosa cubre el 76 % de la superficie proyectada a nivel nacional (18,6 millones de hectáreas). El 95 % de lo implantado presenta una condición hídrica adecuada/óptima, mientras que el 96% muestra una condición de cultivo normal/buena.

Pero la complicación para los productores no es el clima, sino la rentabilidad. Y hasta octubre (momento que empieza la siembra) la soja exhibía un margen que no superaba los 300 dólares por hectárea en campo propio y era negativo en campo alquilado (que representa el 70% de la superficie agrícola) de hasta más de 100 dólares (a un valor de 18 quintales), tomando los datos aportados por la Bolsa de Comercio de Rosario, con rindes de 4.000 kilos y un precio a 285 dólares (la cotización local a Mayo 2025 de ese momento).

Sólo el 10% de la superficie nacional se ubicaría en un rango de viabilidad económica positiva

Sin embargo, el valor internacional de la oleaginosa siguió su rally bajista en noviembre y en lo que va de diciembre, lo que impacta de forma negativa en el mercado local. Este miércoles, en Chicago cerró a 354 dólares, el valor más bajo de los últimos 4 años, mientras que en el mercado local, finalizó en 261 dólares (Mayo 2025), lo que profundiza las pérdidas en el cultivo.

«Desde inicio de la campaña 24/25, el precio del mercado está por debajo del Precio de Indiferencia (es el precio del grano necesario para cubrir todos los gastos directos de un cultivo en un campo arrendado) en gran parte del país. Lo que supone que, obteniendo rendimientos promedios, no se alcanza a cubrir los costos de producción«, indicó el reporte de Agricultura de diciembre realizado por CREA.

De este modo, según este informe, sólo el 10% de la superficie nacional se ubicaría en un rango de viabilidad económica positiva, mientras que el 66% del territorio se posiciona en el punto de equilibrio (+/- 10%) y el 24% restante en valores negativos.

«Si bien la disminución de la brecha cambiaria mejoró el porcentaje percibido del precio internacional por parte de los productores, la combinación de cotizaciones internacionales bajas y un contexto local en transición con presencia aún de políticas tributarias negativas, limitan significativamente la competitividad del sector», agregaron desde el consorcio integrado por productores de punta.

La siembra de la oleaginosa cubre el 76 % de la superficie proyectada a nivel nacional

Según apuntó Catalina Ferrari, analista de la Consultora Planifica+, cuando se presupuestó la campaña sojera en mayo de este año, los precios locales giraban en torno a 300 dólares en la posición Mayo-25. El máximo valor fue de 309 dólares y hoy son valores mínimos desde que comenzó a cotizar.

«A corto plazo, salvo algún problema climático en Sudamérica, estamos con un mercado presionado por buenas condiciones tanto en Argentina como en Brasil para el desarrollo de la siembra y los cultivos y Estados Unidos cerró una buena campaña e incrementos de stocks finales», explicó Ferrari sobre lo que puede pasar hacia adelante.

El economista de la Bolsa de Cereales porteña, Ramiro Costa, agregó que la cotización de soja registró niveles particularmente bajos para la etapa de presiembra, con caída del 15% respecto al año anterior, ubicándose además por debajo del promedio de las últimas cinco campañas.

«La caída en los precios, junto con una reducción de los costos de los insumos que no fue proporcional, afectó los márgenes brutos, con un deterioro del 26% a nivel nacional en comparación con el ciclo anterior. Al incorporar los costos de alquiler, la situación se torna aún más crítica, limitando la rentabilidad de los productores», afirmó el economista.

Esta baja del precio internacional impacta aún más en los productores argentinos, que tributan un 33% de retenciones, que en los productores brasileños o norteamericanos (los pirincipales competidores). El anuncio de Javier Milei sobre la eliminación de las retenciones en 2025 durante su visita a la Sociedad Rural no alcanzó para calmar el enojo de los chacareros.

Retraso en las ventas

En este contexto, se atrasaron las ventas de los productores de la campaña pasada. Con una cosecha de 50 millones de toneladas en el ciclo 2023/24, el volumen de negocios por soja de la actual campaña totaliza 33,9 millones de toneladas, con 27,7 millones de toneladas adquiridas por la industria y las 6,2 millones de toneladas restantes por el sector exportador.

Este total representa un 68% del total cosechado este año en nuestro país. Este porcentaje se coloca 15 p.p. por detrás del nivel de la campaña pasada y 8 p.p. menos que a la misma fecha en el promedio de las últimas 5 campañas. A su vez, es el menor registro desde que se cuentan con datos, quebrando el piso de 72% de la campaña 2019/20.

Se estima que el sector agrícola generaría más de 30.000 millones de dólares en exportaciones en la campaña 2024/25, y el complejo sojero aportaría más de 20.000 millones de dólares ya sea en poroto, harina, aceite y biodiésel.

El complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó el año 2023 el 50.1 % del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del INDEC.

El principal producto de exportación del país es la harina de soja (12 % del total), que es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial. El segundo producto más exportado el año pasado, de acuerdo con el INDEC, fue el maíz (11 %) y el tercero fue el aceite de soja (6,9 %).

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