En medio del conflicto entre Argentina y Venezuela por la detención del gendarme Nahuel Gallo, la vicepresidenta Victoria Villarruel se refirió por primera vez al tema y cuestionó la gestión del Ministerio de Seguridad encabezado por Patricia Bullrich.
Consultada en la red social X sobre el hecho, la titular del Senado respondió: “Jamás habría autorizado a un gendarme a ir a Venezuela. Lo que está ocurriendo es la consecuencia tristemente obvia, pero como no soy del área de seguridad no opino de las sanciones y acciones que se debieran tomar. Slds”.
La crítica a cielo abierto de Villarruel hacia una de las figuras favoritas del presidente Javier Milei ocurre en el momento más candente de su relación con Casa Rosada. Durante el fin de semana, el jefe de estado se presentó en un evento en Italia invitado por la premier Giorgia Meloni, donde habló de traiciones mientras la relación con su compañera de fórmula está quebrada.
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Al cierre de esta nota, la ministra de Seguridad evitó responder ante el comentario que hizo la vicepresidenta en sus redes sociales. Anteriormente, y en medio de la escalada de tensión con Venezuela, había afirmado que Gallo «va a volver a casa» y que para cumplir ese objetivo se tomarán las medidas «que tengan que tomar». También consideró que Gallo «es un gendarme secuestrado» por «un presidente ilegal», en referencia a Nicolás Maduro, quien se autoproclamó ganador el 28 de julio ante el candidato opositor Edmundo González.
«Es gendarme pero fue como ciudadano a visitar a su familia», indicó la ministra. En declaraciones a Radio Rivadavia, la titular de Seguridad sostuvo que el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz venezolano, Diosdado Cabello, «es el dictador más sangriento de Venezuela».
«Cabello dijo mentiras totales y absolutas. Las fotos que tiene Gallo en su Instagram son de Catamarca y Chile, se ve que es bastante ignorante», subrayó. De esta manera, la titular de la cartera de Seguridad dio su opinión sobre las declaraciones del ministro de Interior venezolano, quien había afirmado que Gallo formaba parte de un plan para sacar a los disidentes asilados en la embajada argentina en Caracas. Manifestó que en Venezuela «tienen varios rehenes» y que los utilizan «como moneda de cambio».
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«Nosotros tenemos información contradictoria, él lo negó pero nosotros no le creemos. Sabemos que está en Caracas, que es donde está el centro del poder represor», dijo y agregó: «No sabemos si está en el Helicoide o en otro centro». «Argentina no se va a quedar callada porque es un acto casi de guerra», concluyó. Cabello confirmó este lunes la detención de Gallo y aseguró que el gendarme estaba en ese país para «cumplir una misión».
El ataque a Bullrich, un símbolo de la fría relación entre Villarruel y Milei
El ataque de Villarruel a Bullrich, la ministra favorita de Milei, no pasó desapercibido en medio de la interna que enfrenta el binomio presidencial y que estuvo marcada por varios roces desde el inicio de la gestión presidencial.
A pesar de que, durante la campaña electoral, Milei había afirmado que las carteras de Seguridad y Defensa quedarían bajo la órbita de Villarruel, tras el triunfo en el balotaje, fueron Bullrich y Luis Petri, exintegrantes de la fórmula de Juntos por el Cambio, quienes asumieron esos ministerios. Esta decisión provocó el primer desacuerdo serio entre Villarruel y el triángulo ejecutivo, compuesto además por Santiago Caputo y Karina Milei.
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Con el paso del tiempo, la distancia creció y la vicepresidenta fue quedando más aislada de la toma de decisiones, especialmente a raíz de situaciones como la disputa con la funcionaria y hermana de Milei, luego de la compleja negociación con la oposición «dialoguista» en torno a la Ley Bases y el rechazo al DNU 70/2023 en el Senado.
En una entrevista de marzo, Villarruel reconoció públicamente las tensiones, destacando que tanto ella como la secretaria de Presidencia eran leales a Javier Milei, pero también personas de carácter fuerte. «Las dos queremos a Javier, las dos somos bravas, pobre jamoncito«, fue la recordada frase que dejó Villarruel en diálogo con TN. Además, se distanció de la decisión del Presidente de apoyar la candidatura del juez Ariel Lijo para ocupar una vacante en la Corte Suprema.
A pesar de estas diferencias, Villarruel intentó bajar el tono de la tensión con el Presidente y su equipo a principios de este mes. Tras un choque con Santiago Caputo relacionado con la expulsión del senador aliado del oficialismo, Edgardo Kueider, la vicepresidenta se alineó con el Gobierno. Sin embargo, el propio Milei había señalado semanas antes que Villarruel no tenía «injerencia» en las decisiones del gobierno, acusándola de estar demasiado cerca al «círculo rojo».